sábado, 3 de mayo de 2014

Ulrike Meinhof. La guerrilla urbana de la RAF

Para Ulrike Meinhof, «tirar una piedra es una acción punible, tirar mil piedras es una acción política. Incendiar un coche es una acción punible, incendiar cien coches es una acción política». Lo que determina el significado de un acto no es el acto en sí mismo, sino su magnitud y finalidad. Fundadora con Gudrun Ensslin y Andreas Baader de la Fracción del Ejército Rojo (RAF), apareció ahorcada en su celda el nueve de mayo de 1976. Todo indica que se trató de un crimen de Estado, disfrazado de suicidio, curiosamente en la fecha que se cumplía el aniversario de la derrota de la Alemania nazi. En 1963, cuando aún participaba en debates y coloquios en los medios de comunicación, se preguntaba: «¿qué se puede hacer contra las armas atómicas, contra la guerra, contra un gobierno que no negocia, sino que solo se rearma?» En 1970, después de una intensa labor como periodista y agitadora social, consideró agotada la vía meramente política y ayudó a fugarse a Andreas Baader, organizando una guerrilla urbana basada en la tesis «foquistas» de Ernesto Che Guevara: «no siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución». A veces, hay que anticiparse y preparar el terreno, aunque esa iniciativa implique terribles sacrificios personales. Ulrike Meinhof asumió el coste, logrando establecer una dolorosa coherencia entre su vida y su compromiso revolucionario.

Rafael Narbona

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