lunes, 14 de noviembre de 2016

Siglo XXI nº 16

La articulación de las luchas y los movimientos sociales desde la auto-organización popular —entendida como no institucional, libre y de abajo arriba— presentaría al menos tres ejes interdependientes para su estudio, implementación, desarrollo y consolidación, a saber: un eje organizativo, que una lo estratégico a lo operativo; un eje de lo social que una el barrio con el municipio; un eje cultural que una el conocimiento con la conciencia y la emancipación social. La necesidad de esta acción social como elemento creador y transformador tiene un carácter contra hegemónico, el origen de las luchas y las demandas es común: el capitalismo como megamáquina asimila a la sociedad y la convierte en recurso. No somos libres.
El trazado del eje organizativo puede ser un auténtico quebradero de cabeza si no nos desprendemos de las perspectivas y las construcciones institucionales y partidistas que han contaminado el imaginario popular en España en los dos últimos años de campaña electoral y, por supuesto, no somos capaces de derrochar fuertes dosis de imaginación para trabajar sobre sus ruinas. Después de la colosal farsa de la confluencia, del incierto frente único de Podemos y de su apropiación y perversión del espíritu del 15M al más puro estilo de la propaganda ultraderechista, es lógico que surjan dudas sobre cómo volver a empezar. Podríamos partir de que la izquierda —institucionalista y reformista— es un invento de la derecha y que las luchas y los movimientos sociales no se presentan a las elecciones. [...]

Sumario:


No hay comentarios:

Publicar un comentario