jueves, 19 de octubre de 2017

El anarquismo que viene

¿Quién puede anticipar cómo será el anarquismo que viene? Nadie, por supuesto. Sin embargo, sí existe una razón de principio que nos permite afirmar con total seguridad que ese anarquismo que viene, y que ya está asomando su rostro, será necesariamente diferente del anarquismo que hemos heredado y que hoy conocemos.

En efecto, el anarquismo no es tan solo una formidable exigencia de libertad, quizás la más extrema de todas las que se han formulado, sino que también consiste en el pensamiento político de la crítica de la dominación, junto con la práctica política de la lucha en su contra. Es, por lo tanto, en el seno de las luchas contra la dominación en cualquiera de sus formas donde este se fragua y donde adquiere buena parte de sus características.

Ahora bien, como los dispositivos de dominación se van transformando en el transcurso del tiempo histórico, resulta que, para no perder eficacia, también se modifica correlativamente lo que se opone a ellos, lo que les planta cara, incluida la lucha que desarrolla el anarquismo. Lo curioso es que como consecuencia de esa inevitable modificación de sus prácticas antagonistas también se modifica el propio entramado teórico del anarquismo. La razón no es otra que la peculiar simbiosis que este establece entre la teoría y la práctica, entre la “idea” y “la acción”, y que implica, necesariamente, que si la acción se modifica, la idea no pueda permanecer estática, porque una parte de lo que la constituye, es decir, una parte de ella misma, que no es otra que la práctica, se ha modificado. [...]

Tomás Ibáñez


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